El aburrimiento de la programación
De vez en cuando alguien me pregunta el o los motivos que me han llevado cambiar de lenguaje de programación. La verdad es que ni me he parado a pensarlo, así que va siendo hora de hacer una pequeña reflexión en voz alta.
Llevo programando en el mismo lenguaje desde el año nimeacuerdo... si hago un poco de memoria diría que desde poco antes del 2000. Esto para nada me convierte en un experto o algo parecido, sin embargo sí que he pasado por montón de fases distintas, desde el empacho de spaguetti a la indigesta por frameworks... y la conclusión es que ya no me divierte programar así.
Siempre he dicho que programar era - en mi caso - como un segundo plato del que se podía comer, pero sin tanto entusiasmo como supone configurar cualquier servicio TCP. Y esta opinión, con el paso del tiempo y la perspectiva que te da probar otras metodologías, ha cambiado radicalmente.
Ahora me divierto pensando, programando y solucionando los mismos problemas que antes me aborrecían. Y probablemente ese sea el principal motivo por el que ahora disfruto cuando tengo la libertad de escoger el lenguaje en el que quiero trabajar.
Digamos que la respuesta podría ser una evolución natural de alguien que lleva haciendo las cosas demasiado tiempo de la misma forma y necesita un cambio, el cual ha propiciado que vuelva a sonreír y asombrarme delante de ciertas tecnologías.