Banda sonora productiva
Dicen que una forma sencilla de aumentar la productividad en tu trabajo es poniendo música. Por supuesto dependiendo del puesto que desempeñes esta práctica podrá convertirse en habitual, esporádica o simplemente ser incompatible.
En mi caso concreto, aunque no me considero ningún melómano ni especialmente apasionado de la música, he de decir que funciona bastante bien cuando necesito entrar en un estado de focus generalizado. Y como en casi todo tipo de comunicación, necesitamos un emisor, un receptor, un mensaje y un medio.
Emisor
Normalmente como fuente emisora intento tirar de algo que sea cómodo, instantáneo, que tenga configurado con mis preferencias en mis dispositivos más habituales y gratuito (todavía no he llegado al punto de pagar por un servicio de música):Grooveshark, Google Play Music y Spotify, en ese orden.
Receptor
Aquí estaremos todos de acuerdo que uno tiene que estar en un mood adecuado en el que le apetezca escuchar música. No hay mucho más que decir :).
Medio
El medio debería ser el encargado de transmitir la canción de forma que llegue al receptor en la justa medida que espera. Calidad de sonido, tono, volúmen, intensidad... mucha gente prefiere unos buenos altavoces y otros nos conformamos con unos auriculares de gama media. Es cierto que entre unos auriculares más baratos y otros un poco mejores la calidad se aprecia, sobre todo, en el nivel de aislamiento, básico para conseguir el clímax que estamos buscando.
Mensaje
He querido dejar en el punto subjetivamente más álgido de esta entrada para el final, ¿qué escuchar?. Cada uno tiene sus preferencias, sin embargo hace no mucho tiempo he leído que las bandas sonoras de juegos son un buen mensaje para aumentar la productividad (fuente: Omicrono) y no puedo estar más de acuerdo.
Particularmente si escucho algo que me gusta demasiado corro el riesgo de entrar a tararear la melodía o cantar la letra. Si tiro de algún otro género aleatorio o que no me guste entiendo que tampoco favorece la situación, así que es complicado mantenerse neutro.
Este "problema", en mi caso, lo resuelven perfectamente las bandas sonoras de videojuegos. Son las típicas melodías que te suenan, pero no tanto como para distraerte, no suelen ser cargantes y permiten desempeñar perfectamente cualquier otra función mientras las escuchas (imagino que estarán pensadas para escucharse mientras se juega), así que es una fantástica solución.
Voy a aprovechar esta entrada para poner varios ejemplos que - considero - le han hecho un favor a mi productividad (todos los enlaces apuntan a Grooveshark por comodidad):
- World of Warcraft (Jason Hayes)
- Prince of Persia: The sands of time (Stuart Chatwood)
- Unreal Tournament III (Rom Di Prisco)
- Halo 3 (Martin O'Donnell & Michael Salvatori)
- Tomb Raider (Jason Graves)
- Fable (Russell Shaw)
Prácticamente todas (con la salvedad de algunos temas) son canciones instrumentales, sin apenas letra y con un gran componente épico. Por supuesto, me encantaría aumentar este repertorio, así que se agradecen nuevos descubrimientos, tanto en el campo de bandas sonoras de videojuegos como otro tipo de música que ayude en el campo de la productividad.